Cuando el cielo se tiñe de azul algo dentro de mí se mueve y deja nacer una inmensa alegría. Supongo que a todos nos pasa igual cuando el tiempo es tan bonito y nos permite pasear sin el paraguas colgado del brazo. Lo siento por Mary Poppins pero, si por mi fuera, ese emblemático complemento suyo no hallaría lugar en ninguno de sus looks. Preferiría dar protagonismo a cualquiera de los maravillosos sombreros que lucía. Si ya lo se…yo y los sombreros.
Pues bien. En esta ocasión tampoco os voy a defraudar ya que, aunque no luzco un bonito sombrero, si llevo una gorrita muy cuca.
Espero os haya gustado. Un abrazo muy grande para todos
vosotros. Hasta la próxima…