No todos los días salen malos. Hemos tenido un tiempo muy frío
y sin una sola nube pero, como ya es costumbre aquí en Bilbao, lo bueno dura
poco. Asíque he aprovechado para ponerme mi abrigo favorito, mi yeti. Es muy calentito y como todavía está nuevo,
pierde pelo incesamente.
Cuando me lo compré recuerdo que causó expectación porque es
muy grande y los mechones de pelo destacan sobre el look pero al verlo tuve un
flechazo y no pude hacer otra cosa que llevarlo a mi armario. ¡Me encanta!
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