No es nada nuevo que
la moda echa mano del pasado para ofrecernos tendencias que triunfaron y que
siempre volveremos a utilizar combinándolas con una cada vez mayor variedad de
prendas. En los años 90 pudimos ver el nacimiento de los colores flúor que a
ritmo de “acid house” llevábamos las adolescentes de la época. Nadie que no
vistiera una camiseta amarilla fosforita con un dibujo de un “smiling” iría a
la última. Y eso que ahora mucha gente considera una “horterada” ha vuelto
insistentemente a lo largo de los años. Todos hemos podido disfrutar con los
diseños de Louis Vuitton por ejemplo, que inundó la pasarela con colores flúor
elevados a su máxima elegancia. Pero estos tonos no se quedan en las creaciones
de los grandes diseñadores ya que si damos un vistazo a las tiendas de cada
ciudad podremos ver un universo de prendas, complementos y calzado fieles a
esta tendencia. Veamos algunos ejemplos:
Stradivarius
Bershka
Blanco
Gloria Ortiz
Zara
Seguramente después de ver tanto colorido tendréis la
sensación de que os duele los ojos y eso es lo que pretendo. Me gustaría
sugerir que no abuséis de estos colores porque el efecto que podéis causar es
ese. Sin embargo, quisiera destacar la importancia de la escasez a la hora de
utilizarlos. Un conjunto básico con unos zapatos y un bolso en amarillo flúor,
por ejemplo, os dará un look muy chic sin la necesidad de invertir en
aspirinas, a no ser que queramos un puesto como semáforo en alguna intersección
claro.
Y si me permitís una
sugerencia, apostad por un traje negro con complementos fucsia para la noche…
será una apuesta ganadora.
Y ahora... ¿Os atrevéis?
Me encantan esos colores tan vivos, son geniales para el verano.
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